Legado histórico: El convento de los mínimos
La Orden de los Mínimos fue fundada por San Francisco de Paula en la región italiana de Calabria sobre el año 1435, y tras expandirse por Europa, llegó a España en 1492.
La relación entre esta orden religiosa y la villa de La Fresneda cabe originarla en una bonita leyenda que acabaría determinando la construcción de un convento a 6 km del núcleo urbano, dedicado a Nuestra Sra. de Gracia, y posteriormente la del convento urbano que hoy en día es el Hotel & Restaurante El Convent***.Cuenta esta leyenda que una pastorcilla halló una imagen de la virgen en un peñasco apartado, en una áspera montaña del Valle del Silencio. Se la llevó al vecino pueblo de Valljunquera, de donde era originaria, para rezarla y adorarla. Pero a los pocos días, la imagen desapareció del lugar, y se emprendió una búsqueda que la pastora finalizó en el mismo sitio donde todo había empezado: ese remoto peñasco a una legua de La Fresneda.
Tras ese suceso, los vecinos de alrededores empezaron a frecuentar esa peña sagrada y la llamaron “de Gracia”, por todas las que ellos recibían.
Todo ello motivó que la villa de La Fresneda decidiera la construcción de una ermita en el lugar, que fue encargada a los padres de la Orden de los Trinitarios. Sin embargo, las duras condiciones y lo inhóspito del valle les hicieron desistir en la manutención del encargo, y finalmente la villa de La Fresneda y la Orden de Calatrava la donaron en el año 1581 a la Orden de los Padres Mínimos de San Francisco de Paula.
Al lado de la ermita, los frailes levantaron una nueva iglesia y un sencillo convento. Pero de nuevo las inclemencias y la austeridad de la época fueron la causa por la cual decidieran abandonarlo y trasladarse al pueblo, donde en 1593 iniciaron las obras de un nuevo convento que finalizaron el año 1613. El Convent ya era una realidad.
Sin embargo, durante años estuvieron atendiendo los dos centros religiosos. Y en el siglo XVIII decidieron construir un nuevo convento junto a la ermita primitiva, y anexa a él, una nueva iglesia de tres naves finalizada en 1795, que completó un importante conjunto monumental utilizado hasta 1865, cuando llegó la Desamortización y su fin.
Actualmente, del convento de Ntra. Sra. de Gracia y de la iglesia ya solo quedan las impresionantes fachadas y sus ruinas. Pero vale la pena acercarse y verlo por uno mismo.
Del convento urbano de 1613, que hoy en día acoge el Hotel & Restaurante El Convent***, quedaron en pie el edificio de la iglesia (sin tejado, sin altar y sin campanario, pero con las capillas intactas y con parte de las pinturas originales), el pozo y el aljibe del claustro, y numerosos restos de muros y pavimentaciones, que han sido rehabilitados para formar parte del complejo actual.